Ruta del
Jamón Ibérico
Localidades:
Tan
imposible es hablar del buen jamón sin pensar en el
cochino ibérico, como imposible es imaginarse a éste
fuera de la dehesa hocicando en busca de las bellotas.
Ésta es una ruta gastronómica que girará en torno al
jamón ibérico como producto emblemático nacido del
cerdo, pero que posará su mochila viajera al pie de
mesas y mostradores donde el cochino se mostrará
esplendoroso en cualquiera de sus variedades chacineras
tan dispares y diversas como el arte y el gusto de las
matanceras que las aliñaron.
Es éste el cerdo un mundo tan
lleno de sabores, olores y colores que solo se puede
explicar paseando por la naturaleza que lo acoge.
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Cochinos ibéricos cebándose en la
dehesa |
Toda la ruta es dehesa. Hermosa,
densa, como un jardín rústico. La dehesa no es solo naturaleza,
es artesanía. Es un ecosistema autosuficiente que proporciona
todas las opciones necesarias para una despensa variada y rica.
Es un mar de alcornoques y encinas, asentado sobre un manto
verde de hierbas y flores silvestres que acunan amorosas las
bellotas que caen de las ramas preñadas y las guardan y
conservan para el uso y el disfrute del cochino, que agradecido
y generoso las convertirá en jamón. Hay quien dice sabiamente
que la encina es un colgadero de jamones ibéricos y no andan
errados quienes establecen un vínculo mágico e irreprochable a
la relación encina, bellota y cochino ibérico.
La
provincia de Badajoz conserva la mejor y mas extensa dehesa
existente y el espacio escogido como ruta es el más densa y
productiva. En este paraíso nace, vive y muere el cerdo ibérico,
antesala natural del jamón ibérico. El cochino es antropológicamente
el animal totémico de los extremeños y, gastronómicamente,
nuestro producto mas preciado. La matanza era el mito culinario
de estas tierras y la base de la alimentación tradicional, de
forma que, tanto en la cocina de ricos o culta, como en la
cocina de pobres y de subsistencia, el recetario gira en torno a
los platos derivados de la rica variedad matancera y la
alimentación tendrá su fuente calórica en el tocino y los
embutidos conservados como despensa indispensable y, a veces, única.
El
jamón ibérico es el que procede del cerdo ibérico, siendo
esta una definición rigurosa. El cerdo ibérico es
probablemente la única raza genéticamente pura, que se
conserva en la actualidad. Para que el jamón lleve el título de ibérico
de bellota, el cerdo tiene que haber disfrutado de la montanera
de forma pura y dura, es decir, entre octubre y febrero
solamente puede alimentarse de bellotas y rastrojos. Si el cerdo
ibérico es alimentado en algún momento con pienso su jamón
será de recebo y, si nunca ha estado en la dehesa, será de
cebo. La Denominación Bellota, se ha convertido en la garantía de la representatividad
y seriedad de nuestros jamones que hoy compiten con los mejores
productos de otras Denominaciones, en franca ventaja de calidad,
adornada ésta con el reconocido valor dietético que recientes
e importantes trabajos de investigación, otorgan al jamón ibérico
como compendio de la dieta mediterránea.
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Secadero de jamones
Llerena.
Jerez de los Caballeros.
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Sin
ofender a nadie podemos declarar la provincia de Badajoz como eje cardinal de la ruta del jamón ibérico y como
punto de arranque de nuestra visita el Salón del Jamón que se
celebra en la segunda semana de mayo y que, sin duda, es en la
actualidad el mayor escaparate de este producto y de todos los
derivados del cerdo. En una competencia espléndida, colorísta
y llena de matices se presentan las principales variedades
industriales y artesanales de la zona. Es un placer saborear las
esplendorosas raciones, nacidas de un corte natural y
tradicional, que puede obtenerse en las distintas casetas. De
igual que puede acudirse a la llamada de las cañas de lomo, el
salchichón o el chorizo colorao, todos ellos con carta de
naturaleza de padre y muy cerdo ibérico.
Monesterio
tiene también su fiesta del jamón, allá por septiembre y en
la que se invita a todos los que acuden a un hermoso bocadillo
de jamón ibérico y se abren de par en par sus muchos y
prestigiados mataderos y secaderos.
Cualquier
pueblo de la ruta dispone de sus jamones en una competencia sana
y de difícil resolución.
Asentados todos ellos en la Sierra sur de la provincia, con una
altitud media de 500 metros y un microclima especial de invierno
secos y veranos calurosos pero no asfixiantes, que hacen sudar a
los jamones la grasa adquirida en la montanera, para luego
dormirlos durante no menos de dieciocho meses en las bodegas,
consiguiendo que maduren despacio sus carnes aromáticas,
sabrosas e infiltradas de grasa necesaria para hacerla jugosa y
agradable.
Fregenal
de la sierra, Llerena, Higuera la Real, Segura de León, Cabeza
la Vaca, Calera de León, Fuente de Cantos, Zafra, Oliva de la
Frontera y los mencionados Monesterio y Jerez de los Caballeros
conforman una ruta en la que iniciando el rito de la mesa con el
jamón ibérico y otros embutidos, se puede también disfrutar
de una rica y variada cocina de productos silvestres como los
espárragos trigueros, los cardos y las criadillas, todos ellos
abundantes, sanos y frescos en toda la serranía. Platos de caza
variada y serrana como las perdices en aceite o el arroz de
palomas torcaces. En Llerena acompañar el cerdo a la chimenea
con el vino de la comarca, así
como lomo al estilo templario en Jerez y los guisos de manos de
guarro en Higuera la Real. En dulces los del Convento de las
Claritas de Zafra y en Jerez de los Caballeros, el bollo turco y
los desenfados. Los vinos que sean de Almendralejo, el Raposo
Ahillones,
Maguilla y Matanegra.
Cabeza la Vaca |
Fregenal de la Sierra |
Segura de León |
No
sería justo al terminar esta ruta, sin dejar de señalar que
hay algunas localidades más donde el jamón,
es también protagonista, más puntualizando, que la ruta del
jamón descrita, atesora el "Mejor Jamón del
Mundo".
Comprarlo.
Jamones en reposo |
RECETA
Jerez de los Caballeros
Lomo de Ibérico
al Uso Templario
Se hacen los filetes y
se les pone sal. Se pasan por manteca, uno a uno, en una sartén,
y se van colocando en una pastelera. Se espolvorean de pimienta
negra mojada, almendras peladas ralladas -mitad crudas y mitad
fritas en la misma manteca-, el zumo de dos o tres naranjas (según
cantidad de filetes), un poco de azafrán; rociándose con la
manteca anterior; para que cuezan durante un cuarto de hora. Al
cabo de ese tiempo, ya están listos para servir.
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